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Los míos y los de muchos otros. ¿Os imagináis ver un gran premio de automovilismo o motociclismo a vuelta por día? En raciones de dos minutos por vuelta, en "sólo" 25 días (motos) y dos meses y medio (coches) podrías ver una carrera completa.
Con algunos mangas me ocurre lo mismo. La forma de narrar japonesa, a la que estoy muy acostumbrado, hace que en muchas ocasiones 200 páginas den para muy poco (que los fans de Masamune Shirow no se sientan aludidos en este caso). Ahora mismo me está pasando con Vagabond, fantástica obra firmada por Takehiko Inoue. Si con Slam Dunk consiguió el favor del público juvenil y mayoritario, con Vagabond están consiguiendo, al menos en España, las alabanzas de lectores de todo tipo de cómic. Pero no me desvío del tema.
El problema era el siguiente, un tomo de Vagabond se lee en dos horas y hasta dos meses después no tienes otro tomo. Un tiempo más que considerable durante el cual puedes perder detalles y, para qué negarlo, te quita el placer de leer el manga en dosis más grandes (¿Será por eso que dicen que el manga es una droga?). El caso es que la solución que adopté fue la del Ramadán. Me quedé sin Vagabond en 6 meses (desde el Salón del manga). Aguanté como un jabato y durante el Salón del Cómic me hice con 4 tomos de Vagabond que estoy disfrutando leyéndolos de golpe. El problema es que en dos días te quedas sin Vagabond y tienes ganas, muchas, de más.
Eso mismo me ocurrió con Monster o 20th Century Boys. En el caso de Monster con más razón, porque el formato Biblioteca Manga debería estar prohibido en mangas de este tipo.
Qué dura la vida del lector de cómics.