El manga podrá atraer a más o menos gente, pero lo que le hace grande es la versatilidad de sus argumentos. Podemos encontrar mangas de casi cualquier cosa y para casi cualquier tipo de público. Esto demuestra muchas cosas, pero la más significativa, si me permitís el chiste fácil, es la de que no todos los japoneses son iguales.
A occidente llegan los mangas más cañeros, más para chavales/chavalas y más superventas, pero eso no es más que la punta de iceberg repleto de grandes trabajos. La época de Botchan, sin ser extraordinario, es uno de esos trabajos.
La historia se centra en un escritor de poemas que se inspira en sus amigos para escribir su primera novela. Estamos a principios del siglo XX. Japón es un país en proceso de metamorfosis y con una ganas locas de ponerse al día con respecto a sus, cada día más, vecinos occidentales.
Nuestro protagonista, al igual que muchos otros, ha ido a occidente para aprender de ellos lo más posible y aplicarlo a la sociedad japonesa. El mito de que los japoneses sólo saben copiar (falso, dicho de paso). En sí la historia sería curiosa con estos ingredientes y el buen saber hacer de sus autores. Pero se decide ir un poco más allá. Algunos de los protaognistas son conocidos o importantes miembros de la sociedad japonesa de la época. Otros son gente que se hizo famosa por atentados. A todos se les hace interactuar de la forma adecuada y se aprovecha la situación para mostrar la situación social, política y económica de la época. Un buen cómic, que no atraerá tanto como los mamporros de Naruto, pero que posee la capacidad de hacer pasar un buen rato de lectura.
La edición está a la altura de lo que nos tiene acostumbrados Ponent Mon. Sigo echando en falta una rotulación más apañada, pero es algo que molestará a muy pocos. Son 2 tomos de un centenar de páginas cada uno a 10 € cada uno (pelín caro).
Ahora es cuando me pregunto si sería posible hacer algo así en nuestro país. Según una encuesta los jóvenes no tienen una cultura general mínima, hasta el punto de no saber cuándo se produjo la Revolución Francesa o cuándo finalizó la Segunda Guerra Mundial. Se dice que se pasa más tiempo delante de la consola que delante de los libros. Y no digo que un cómic vaya a culturizar a millones de adolescentes, pero por un día podríamos ser nosotros los que copiáramos a los japoneses y tratáramos de hacer algo como lo que hacen ellos. Recuerdo el furor que causó la época pre Revolución Francesa en Japón a raíz del manga de Ryoko Ikeda (y el poco furor que me provocaba cuando tenía que estudiarlo para el próximo examen de historia). ¿Se podría hacer "algo a este respecto? ¿Estoy proponiendo acaso una tontería?
14 may 2005
Posted by Escrito por
Manu
en
sábado, mayo 14, 2005
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3 comentarios:
Tal vez el problema sea que en España no existe, por más que nos cueste asumirlo, cultura del cómic. El País ha presentado su colección y la gran mayoría de ellos son de autores extranjeros. Como muestra de los españoles ponen, entre otros pocos, a El Príncipe Valiente y, no te lo pierdas, a Mortadelo y Filemón, de sobra ya conocidos. ¿Por qué sí se realizan colecciones de cine español e incluso monotemáticas de directores como Almodóvar? Creo que los razonamientos políticos y económicos son los válidos en estos casos. Pero valiente tu propuesta.
Uysss. Me columpié: El Príncipe Valiente obviamente no es español. Es que hice el repaso de la web de la colección y la puse por la que está al lado: El Capitán Trueno. Ustedes perdonen la ofensa...
El problema es que parece que en España no haya cultura de casi nada... y así estamos.
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