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En algún momento de nuestra infancia y/o adolescencia habremos maldecido nuestra posición familiar y los problemas que ésta provoca a la hora de tomar decisiones. Resumiendo, que estamos a merced de la familia, los maestros de la escuela y demás gente que ordena, creemos, en contra nuestra.

En algún momento de nuestra incipiente vida habremos dicho, mirando al horizonte con esperanza, aquello de que lo mejor está por venir y que llegará un momento en el que ya no seremos menores de edad y podremos hacer lo que nos dé la gana e ir donde queramos. Pensaremos en un "os vais a cagar cuando sea mayor". Y aquí es cuando entra en escena Baby Blues. Cuando nos hacemos mayores dejamos de recibir órdenes del maestro, para recibirlas del jefe. Nadie nos prohibe ir a los sitios, ahora somos nosotros los que no podemos ir (trabajo, compromisos familiares, etc...). Resulta que tienes que hacerte mayor para darte cuenta de que estás tan atado como cuando eras joven. Y Baby Blues es un cómic que refleja todo esto desde el punto de vista de una pareja joven que acaban de tener su primer retoño. Zoe, que así es como se llama ese monstruo de la naturaleza, es lo mejor que les ha pasado en la vida, pero ésta cambia por completo por ella. Las tiras de Baby Blues muestran las alegrías, decepciones, curiosidades, absurdos y demás que surgen cuando en tu vida se cruza un ser pequeño, débil e indefenso que es más peligroso que el increíble Hulk.

Los autores son Rick Kirkman y Jerry Scott, éste último conocido por ser el dibujante de Zits. Parece que el señor Scott se ha especializado en historas entre padres e hijos, sean de la edad que sea. No se lo echaremos en cara, porque se le da francamente bien. En España de momento se ha publicado el primer tomo, que deja con ganas de más y más. En él podemos ver la autoridad que tiene un retaco que apenas se tiene en pie y únicamente sabe decir "mamá" y "papá".

Baby Blues es un cómic que cada uno entenderá según su experiecia vital. Aquellos que no hayan sido padres se asustarán hasta el punto de pensarse seriamente la posibilidad de una vasectomia. Los que ya sean padres se reirán, por no llorar, y los que hayan tenido hermanos pequeños tendrán más o menos reciente lo complicado que puede llegar a ser un bebé. Para todos ellos será divertido. Para todos indispensable.

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