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La prensa especializada y los Oscars nos han metido con calzador que éste era el momento dulce de George Clooney, no sólo como actor sino como director. Con Buenas noches, y buena suerte el actor había asombrado a crítica y público con una crítica desde dentro de la política americana, basada en un enfrentamiento real entre un periodista y un senador.
Ante el buen sabor de boca de la película y un trailer bastante engañoso, Syriana era una película de visionado obligado a corto plazo. Lo cierto es que salí del cine bastante defraudado. El trailer, como he dicho antes, mostraba una película protagonizada por George Clooney llena de acción y escenas trepidantes. La película es diametralmente opuesta. ¿Eso molesta? No. Pero como uno es muy incrédulo, pensaba que el trailer te presentaba la película y en esta ocasión no ha sido así.
Si Buenas noches, y buena suerte aireaba un enfrentamiento interno entreo americanos, Syriana se mete de lleno en la boca del lobo que es Oriente Medio con una trama ficticia (seguramente basada en hechos reales) que abarca temas de candente actualidad como el radicalismo islámico, el problema del petróleo, el hambre voraz que tiene EEUU por conseguir toda la riqueza a cualquier coste y bajo cualquier circunstancia.
Pero no, ni Clooney ni Damon son protagonistas principales. O, dicho de otra manera, si Clooney es protagonista, Damon también lo es. La película trata estos temas por separado, pero dejando bien claro que son partes de un mismo puzzle del que poco a poco iremos encajando las piezas.
La película es lenta y algo confusa. Hay mucho misterio entre los protagonistas de la película y eso hace que algún espectador, al menos yo, tarde en atar cabos. Al final todo acaba más o menos claro.

Aunque parezca mentira por lo que he comentado, la película me gustó. De no haber visto ningún tipo de promoción, seguramente no hubiera salido tan defraudado, pero dejando a un margen todas las pegas, la película me gustó (aunque no tanto como Buenas noches, y buena suerte).