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Este mes sale en el mercado español una nueva revista de videojuegos. Se trata de EDGE. Para los que no lo sepan se trata de una revista con mucho prestigio, más de trece años de experiencia y el visto bueno de la crítica y el público más exigente.
Según informan, la revista va dirigida a un público adulto, de entre 25 a 40 años que busca una revista de videojuegos seria y alejada de la gran mayoría de prensa del sector, dirigida a un sector infantil/juvenil.

Esto, en principio, puede ser una noticia más dentro de la caterva de informaciones que hoy en día aparecen día tras día. Pero si trasladamos esta situación al mundo del manga y el anime, hay algunas ideas que me sorprenden, (un poco) me indignan y a veces me desesperan.
Cualquier editor de revistas, incluso alguien no tan metido en el sector, te dirá que para que una revista tenga éxito debes enfocar sus contenidos al público infantil y prestar mucho protagonismo a todo aquello que aparezca en la televisión. Y en parte coincido con esta opinión. Hay que ir a lo seguro y una apuesta bastante segura es poner en la portada un Naruto MUY grande, junto con una chica jamona y algún Shinchan. Pero, llamadme tozudo, incrédulo o gilipollas, creo que hay otro público. Eso otro público que no quiere el mismo contenido que le gusta a un chaval de 13 años y que busca una publicación más seria, dirigida a alguien de su edad y con sus inquietudes. Sería la revista que se compraría cuando le dejara de gustar la revista "infantil". Pero eso en España no existe.
He oído excusas de todo tipo: desde que comprar revistas es una tontería porque en internet ya lo tienes todo, hasta que la gente mayor no pierde el tiempo comprando revistas o la inutilidad de hacer una revista, haciéndonos creer que fulanito o menganito sabe más que nadie. Pero, si os fijais, en los kioskos, se ven publicaciones para todo tipo de edades, de temáticas y de precios. Puedes ver revistas para crías que flipan con Estopa durante una temporada y que a medida que crece se compra revistas en los que le enseñan como poner cachondo al novio sin acostarse con él y acaba comprándose revistas donde aprende Pilates, a decorar una buhardilla o cocinar un plato bajo en calorías. Pero en asunto de manga y anime no.

Bien es cierto que las revistas que han habido de manga y anime han sido iniciativas privadas o proyecto más o menos chungos de empresas de dudosa política que no se preocupan por los contenidos de sus publicaciones. Normalmente esos proyectos han sido dirigidos de forma amateur y nunca como si se tratara de un trabajo, sino más bien de un proyecto ilusionante que poco a poco va apagándose. Las empresas grandes nunca han querido enmerdarse con un proyecto de este tipo y cuando lo han hecho ha sido con revistas descaradamente infantiles. No existe, por el momento, ni la editorial ni el equipo creativo que se dedique de forma profesional a hacer una buena revista de manga y anime. Una pena, ciertamente.